Rutina de sueño

Sencillos cambios que hacen la diferencia.

Lograr dormir bien en la noche es igual de importante que tener una rutina mañanera provechosa y saludable porque, si no logramos descansar adecuadamente, al día siguiente no vamos a tener la energía ni la claridad mental para poder tomar decisiones asertivas en cuanto a nuestra productividad, salud y bienestar.

Sin embargo, hoy en día hacemos lo contrario. Al querer ser más productivos lo primero que pensamos es en recortar las horas de sueño para, según nosotros, aprovechar más el tiempo, creyendo que el éxito es el resultado de la cantidad de horas que le dedicamos a nuestro trabajo y no la calidad de ese tiempo que le invertimos.

Hay innumerables estudios que muestran cómo, dormir mal, debilita el sistema inmunológico, perjudica el aprendizaje y la memoria. Además contribuye a la depresión y otros trastornos del ánimo, así como la obesidad, la diabetes, el cáncer y una muerte temprana. Definitivamente es algo que deberíamos tomarnos muy en serio y realizar los cambios necesarios si queremos tener una vida saludable.

No sé si les pasa a ustedes también, pero cuando llego muy cansada a mi casa o no estoy completamente presente en el aquí y el ahora, al llegar la hora de irse a dormir, me cuesta montones conciliar el sueño o no duermo bien durante la noche, en otras palabras, no tengo un sueño reparador y amanezco como si casi no hubiera dormido nada. Cuando esto me sucede es porque me faltó salir de esa zona de alerta en la que estuve durante todo el día y hacer la transición a la zona de relajación que es la ideal para poder dormir adecuadamente. ¡Por eso es que empecé a generar mi rutina del sueño! Así poco a poco voy descompresionando mi cuerpo y preparándolo para el descanso.

Todos somos diferentes y lo que me sirve a mí no necesariamente es lo que te tiene que servirte a vos, pero aquí les dejo mi ritual de todas las noches para que lo intenten ustedes también o nada más lo tomen como referencia para que generen uno propio:

1. Desconectarse 

Este es el paso más importante para empezar a generar ese ambiente de relajación, tenemos que estar presentes, y los aparatos electrónicos nos distraen y nos sacan de ese estado. Te recomiendo apagarlos o sacarlos del cuarto cuando te estás preparando para dormir.

Mi excusa para no realizar esto era que usaba mi celular como despertador, esto me hacía revisar el teléfono a cada rato y a veces hasta dormir con el debajo de la almohada, pero por dicha todo problema tiene solución, entonces me compré un reloj despertador y listo.

2. Darse un masaje, limpiarse la cara y lavarse los dientes.

Aquí es el momento para chinearse un poco y agradecerle a tu cuerpo por cargarte todo el día.

Después de limpiar mi cara de todo el polvo e impurezas que recolectó durante el día y realizar mi higiene bucal, me doy un masaje. No es muy extenso tampoco, pero me ayuda montones a relajar mis músculos e irme a la cama sin tensión. Para el masaje utilizo aceite de coco y lo mezclo con algún aceite esencial (este depende de cómo me sienta o que necesito en ese preciso momento), lo aplico en mi espalda, piernas y pies que es donde más tensión acumulo.

3. Ponerse ropa cómoda

Cambiarse de ropa hace que el cuerpo asocie la comodidad con la hora del sueño. Es súper importante que la ropa que utilicés para dormir sea exclusiva para esto, ya que es la manera perfecta de mandar esa señal clara al cuerpo que ya el día acabó y es momento de relajarse. Pero si usas la misma ropa para dormir que utilizarías un día que te quedás en la casa o para hacer ejercicio, ese efecto no lo vas a obtener.

4. Aromaterapia

Podés utilizar un difusor en tu cuarto y colocarle el aceite esencial de tu preferencia. Según el que escojás puede funcionar para relajar, generar un olor agradable para vos o tener alguna propiedad curativa.

Para mí el difusor es terminar de preparar mi cuarto para el descanso, provocando un ambiente completamente diferente al que tiene durante el día. Además, si me despierto durante la noche el olor me hace recordar el sentimiento de relajación y eso me ayuda a volverme a dormir.

5. Preparar un té caliente

Este paso me encanta porque es el momento donde verdaderamente siento que el día se acabó, además, como el té está caliente y tengo que esperar un poco para poder tomármelo aprovecho y pienso en las cosas por las cuales estoy agradecida hoy y doy gracias. Té recomiendo los tés digestivos, lavanda, anís y zacate limón.

Evitar cualquier té que contenga cafeína, ya que te quitará el sueño y pasarás la noche en vela.

6. Asegurarse que el cuarto esté oscuro y en completo silencio

Eso incluye apagar el televisor. Así evitamos sobre estimular nuestros sentidos, permitiendo al cerebro relajarse. Dormir a oscuras es fundamental para una buena noche de descanso, ya que es en estas condiciones que se estimula la producción de la melatonina, una hormona que regula nuestro ritmo circadiano, contándole a nuestro cuerpo cuando debe estar en actividad y cuando debe descansar. Así que apagá o tapá toda la luz que pueda estar entrándole a tu cuarto en la noche (eso incluye la luz roja o azul que tienen los artefactos eléctricos).

7. Acostarse y hacer un último chequeo de cómo nos sentimos

Aunque suene un poco ridículo este último paso es la cereza del pastel, es el momento para asegurarse que estás cómodo o si necesitas algo extra antes de cerrar los ojos. Así nos aseguramos de dormir durante toda la noche con menos posibilidades de despertarse.

Si estás teniendo problemas de insomnio o querés mejorar tu sueño, tenés que comprometerte a realizar algunos cambios y tener paciencia porque para que funcionen se necesita constancia.

¡Y de verdad les aseguro que van a ver los resultados!

Escuhá a tu cuerpo y dale lo que el te está pidiendo. ¡descanso!

Un abrazo,
Mari